La anticipación ante cualquier imprevisto es primordial cuando se trata de bebés, niñas y niños
pequeños. Por eso es importante colocar protectores en las ranuras de los enchufes eléctricos;
poner barandales o rejillas en las escaleras para evitar caídas; no dejarlos a solas en el baño;
no dejar líquidos o comidas calientes cerca ni colocados en el filo de la mesa; no permitir el
acceso al área de cocina del centro educativo; mantener las medicinas y productos de limpieza en
lugares seguros y alejados de niñas y niños; no dar comida difícil de masticar o con la que
puedan atragantarse; no dejar al alcance ningún objeto pequeño y no utilizar almohadas.
Aunque no se tiene claro el motivo del síndrome de muerte infantil súbita, mejor conocida como
muerte de cuna, diversos estudios recomiendan que los y las bebés duerman boca arriba. Además
para reducir al máximo el riesgo es necesario no fumar cerca de la o el bebé; no abrigarlos en
exceso cuando son menores de doce meses; utilizar un colchón firme donde su cuerpo no se hunda;
no utilizar almohada; vigilar regularmente su sueño y asegurarse que respire adecuadamente y no
poner peluches y juguetes que puedan caer dentro de la cuna.
Para un mayor control del área de bebés es necesario que esté separada de niñas y niños en edad
preescolar. Mantener puertas de estantes, alacenas y armarios siempre cerrados con llave o
candado para evitar que niños y niñas puedan tomar algo que los ponga en riesgo. Mantener
puertas y ventanas cerradas con seguro. Observar que las instalaciones eléctricas, de agua y gas
no tengan fugas, fallas o cortos y si las perciben, reportarlas y arreglarlas de inmediato.
Es necesario aplicar un sistema obligatorio de registro de entradas y salidas al plantel donde
quede registrado cualquier movimiento tanto de personal como de visitantes por medio de
identificación oficial, así como instaurar una política de “puerta cerrada”.
Estos tres tipos de lesiones tienen en común que se producen, en la mayoría de los caso, por
objetos y sustancias que no deben estar al alcance de niñas y niños, por lo que teniendo cuidado
de poner vidrios, cuchillos, clavos, tijeras, agujas y cualquier otro objeto puntiagudo y
afilado, así como líquidos y materiales inflamables, irritantes y tóxicos alejados de su entorno
se pueden prevenir accidentes. Hay que tener en cuenta que algunas plantas de jardín son
venenosas –floripondio, filodendros (hoja elegante, garra de león, piñanona)- por lo que es
preferible no tenerlas en las áreas donde están las niñas y niños.
Ante un imprevisto pueden desencadenarse confusión, nerviosismo y dudas. Un recurso para
minimizar esto es contar con un directorio de emergencias en un lugar visible y de fácil acceso
para que cualquier adulto del centro educativo pueda consultarlo en todo momento. Este
directorio debe contener los teléfonos de emergencia, así como del centro de salud o médico más
cercano y de las autoridades competentes.
A las niñas y niños les llaman la atención los objetos pequeños y es común que se los lleven a
la boca o nariz; por lo que se debe asegurar no dejar a su alcance monedas, corcholatas,
semillas y juguetes u objetos pequeños sin supervisión de un adulto.
Por desgracia, los accidentes infantiles constituyen un grave problema de salud pública al ser
la primera causa de muerte en niñas y niños de uno a catorce años. Sin embargo, el 90% de éstos
pueden evitarse con información hacia los pequeños, vigilancia y atención de los adultos y
medidas preventivas.
En esta área, como en muchas otras, es necesario trabajar en equipo y compartir información.
En la medida que se comunique a madres y padres las medidas de prevención que se debe manejar
con niñas y niños, el material didáctico que ayuda a entender este tema y compartir los números
de emergencia se podrá prevenir y actuar de manera efectiva ante cualquier eventualidad.
La curiosidad y espíritu explorador de los pequeños hace que estén expuestos constantemente a
sufrir caídas que pueden derivan en raspones, moretones, luxaciones e incluso fracturas. Es
fundamental tomar medidas de prevención como poner señalamientos en escaleras, indicarles que
usen siempre el barandal y que tengan cuidado en la ejecución de sus juegos. La supervisión
constante puede evitar que se involucren en situaciones de riesgo.